Aunque no tengamos estudios médicos para determinar en qué reside el estrés y las repercusiones biológicas que tiene en el organismo, ya que no somos profesionales de materia de salud, pero si somos capaces de determinar la concurrencia de esta afección. Una persona puede entender en el momento que un amigo ó un conocido se siente enfermo ó no está bien de salud aunque no tengamos mucha idea de medicina. Casi todas los sujetos que te plantees consultar, saben descubrir las consecuencias del estrés, aunque únicamente sea por diversos señales indiciarias externas de carácter.
patológico que nos deducen a suponer en ello como “mostrar desgana todo el día” ó cuando decimos “no está bien, le pasa algo”.
Notamos una serie de signos que individualmente no significan nada, como, por ejemplo, la posición, la palidez de la cara, la respiración acelerada, responder a preguntas con respuestas no armónicas…etc., pero en el momento que esos grupos de signos los atendemos y los colocamos conjuntamente, nos damos cuenta que algo falla sin que seamos capaces de adivinar una causa ó motivos del mal que posee.
En 1936 el Dr. Hans Selie, fue el descubridor del síndrome de estrés, y fue al darse cuenta que en el hospital donde trabajaba, la mayoría de los pacientes, independientemente de la afección que tuvieran, de corazón, de riñón ó mental, por lo cual, permanecían ingresados en dicho centro hospitalario, todos tenían un rostro pálido. Ello hizo que Selie comenzara a investigar y analizar estas enfermedades frecuentes que aquejaban a todos los enfermos del hospital. Transcurridos de varios tiempos de estudios describió el dispositivo global del estrés, que es el conjunto de síntomas ó signos externos que se presentan a la vez a cualquier persona que padece cualquier situación singular en su estructura orgánica ó mental. El Dr. Hans Selie añadió la palabra “adaptación” por tratarlo como un sacrificio de formato global para moldearse a esos nuevos incentivos de fundamento agresivo a los cuales abordaba.
Nuestro sistema nervioso, sumado al sistema endocrino, tiene una gran relación con este grupo de adaptaciones motivadas como réplica a los estímulos, ya que los dos sistemas son los responsables de asegurar que las funciones de regulación del organismo humano funcionan excelentemente.
Dichos sistemas controlan desde acciones veloces del organismo humano como las contracciones musculares y los fenómenos viscerales, hasta las excreciones de las glándulas del sistema endocrino con objeto de controlar los objetivos del metabolismo del cuerpo humano.
El sistema nervioso supone uno de los más complejos que tenemos las personas, y solamente lo podemos entender con objeto de analizarlo, si lo relacionamos con un ordenador electrónico, ya que la mayoría de los distintos órganos del cuerpo, también de los receptores sensoriales mandan datos, que son almacenados, procesados y estudiados en una memoria central, donde sale la cuestion para intentar resolver el problema ó situación que se ha planteado al principio. Dicho procedimiento tan complicado y trabajoso con objeto de adquirir datos para analizar y contestar con instrucciones concretas, que posee montante de matices únicos, tiene que ser solucionado de manera veloz.
Casi todas las repuestas del sistema nervioso están procedentes de la integración, de la información de los sensores periféricos, los cuales provienes de la región superficial del cuerpo a través de los sentidos y de los más profundos poros del músculo. Más tarde de enriquecerse y coordinarse con la mayoría de las prácticas que se encuentran guardadas en la memoria, alcanza la cáscara cerebral para conseguir conciencia. Estos incentivos exteriores se adentran en el sistema nervioso por la vía de los nervios raquídeos que acaban en la médula espinal, que a su vez permanece bien preservarse por una capa ósea que es la columna vertebral.
El dato sigue ascendiendo por todos nuestros niveles de la médula espinal hasta estacionarse en el cerebro.